El consumo de ansiolíticos: una adicción que se ceba con las mujeres


 

El consumo de benzodiacepinas o ansiolíticos tiene un sesgo de género. Afecta muchísimo más a las mujeres. Sin embargo, como es una droga legal, no hay conciencia del problema. Cuando empiezan a consumirla, desconocen su gran capacidad para generar tolerancia y adicción, es decir, cada vez necesitan más cantidad para conseguir los mismos efectos que al comienzo.

 

Es una droga "invisible" que no genera conflictos sociales, que en ocasiones se toma en secreto y al ser recetada y adquirida en farmacia, es vista como un mero fármaco, consideran que simplemente se están medicando.

 

Los médicos de atención primaria están tan desbordados que es imposible hacer un buen seguimiento de éstos fármacos, y lo que al principio podría ser un tratamiento correcto termina convirtiéndose en una adicción por falta de recursos y de control. A menudo nos encontramos mujeres que llevan años y años consumiendo ansiolíticos para dormir, integrándolo como parte del ritual para adquirir el sueño.

 

 "Me recetaban las pastillas como si fuesen caramelos"

El trabajo, las tareas domésticas, el cuidado de niños, niñas y mayores… Por no hablar de los trastornos afectivos y de la depresión, que en ocasiones van de la mano en éstos casos. La familia va tirando y la consumidora no causa problemas a terceros, aunque más que vivir…sobrevive".

 

Entre mujeres, confesar que están tomando una pastilla ya forma parte de la cultura general. No se ha normalizado, aunque de alguna manera podría verse con normalidad. Es habitual escuchar que recurren a ellas para dormir. No es algo que reconozcan en público, pero sí entre su círculo de amigas. Pero a largo plazo, afecta incluso a las funciones ejecutivas, como cualquier otro depresor del sistema nervioso central.

 

Para poder afrontar el abandono del consumo de estas sustancias es fundamental acompañar a la persona a nivel psicológico, debe aprender a manejar su angustia, su estrés, a poner límites en su vida y encontrar nuevas motivaciones por las que seguir adelante, reforzar su autoestima, estimular el autoconocimiento, ampliar las relaciones sociales, buscar ayuda y apoyo… son algunos de los objetivos que nos planteamos al trabajar con ellas.

 

Es difícil identificar ésta adicción, es difícil salir de ella pero adquiriendo nuevos hábitos de vida se puede, incluyendo sesiones de relajación, meditación y contacto con una misma, procurando hacer cosas que te guste, soltando las cosas que no son absolutamente necesarias y delegando parte de las responsabilidades en otros se puede salir de ésta adicción y poco a poco podrás observar que las pastillas ya no son necesarias en tu vida para poder seguir adelante.

 

Si necesitas nuestro apoyo, no dudes en ponerte en contacto con nosotras.

 

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