Hoy en nuestro taller de Comunicación y familia hemos trabajado las habilidades comunicativas.
¿Es posible entrenarlas y mejorarlas? Claro que sí.
Las 10 habilidades comunicativas básicas
Si
algo caracteriza a las personas más felices es que cuentan con unas
competencias de comunicación que les ayudan a encarar de manera más
satisfactoria las distintas situaciones que se presentan en su día a día. No
te desanimes si tienes dificultades para comunicarte porque nadie nace experto.
La comunicación, igual que otras competencias, se puede aprender y
practicar.
Así
que sigue leyendo para saber cuáles son las habilidades comunicativas básicas.
1. Escucha activa
Saber escuchar es una
habilidad de comunicación básica, pero, aunque parezca simple, no todo el mundo
tiene esta habilidad. Muchas veces sólo oímos en vez de
escuchar, y otras, nos escuchamos a nosotros mismos en vez de escuchar al otro
con una actitud correcta. La escucha
activa, tal y como su nombre indica, significa escuchar
activamente, es decir, con atención plena. En otras palabras, hay que prestar
atención con los cinco sentidos. La escucha activa hace referencia a atender no
solamente a lo que la persona dice, sino también a los sentimientos, ideas o
pensamientos que el individuo expresa.
2. Empatía
En la comunicación
eficaz, la empatía es
importante para situarse en el lugar del otro. De hecho, la empatía es una de
las habilidades sociales más importantes, porque es necesaria para convivir con
los demás. Aunque no estés totalmente de acuerdo con un compañero de trabajo,
con un empleado o con un amigo, es necesario entender su
punto de vista, porque también tiene sus necesidades.
Además, ponerte en el lugar del otro te ayuda a la hora de enviar un mensaje
más claro y más efectivo.
3. Validación emocional
Pero además de los dos
puntos anteriores, se debe tener en cuenta la validación
emocional, es decir, la aceptación y el feedback para comunicar mejor.
Porque cuando tenemos a otros delante, es necesario escuchar sin juzgar y es un
requisito indispensable comunicar a la otra persona que se le ha entendido.
La validación
emocional mejora la comunicación puesto que el otro interlocutor se siente
reconocido y comprendido, y así incrementa la
verbalización de lo que piensa. La validación emocional tiene un efecto
positivo pues crea un ambiente de confianza. Decirle a la otra persona que le
has entendido, demostrarle que le has estado escuchando y dejarle claro que
respetas su opinión son suficientes para crear un entorno comunicativo
propicio.
4. Lenguaje no verbal
La postura corporal, el
contacto visual o los gestos, es decir, el
lenguaje no verbal (o comunicación
no verbal) también comunican. Estar relajado y transmitir lo que
intentamos decir puede maximizar el mensaje que queremos enviar a los demás. Un
estudio llevado a cabo por Albert Mehrabian afirma que en
una conversación cara a cara, el componente verbal es un 35% y más del 65% es
comunicación no verbal. Según las palabras del propio
Mehrabian: “El componente verbal se utiliza para comunicar información y el no
verbal para comunicar estados y actitudes personales”.
5. Resolución de
conflictos y negociación
El conflicto es
inevitable en cualquier relación, y aprender a manejarlo y a
negociar es una manera sana y esencial para hacer que las relaciones funcionen.
Algunos individuos prefieren no afrontar los conflictos para evitar el malestar
que pueden generar. Esto solo provoca resentimientos y malos entendidos.
La habilidad de
resolver conflictos de manera eficiente requiere una actuación calmada, no
defensiva y respetuosa. Cuando uno controla sus propias emociones, es posible
comunicar las propias opiniones sin amenazar o atacar a los demás.
6. Lenguaje verbal
Uno de los elementos
básicos de un buen comunicador es cómo suena frente a los demás. Hablar en voz
demasiado baja o en voz alta, arrastrar las palabras, o utilizar demasiados
término de relleno como "ah ", “eh” o “um", puede causar que el
mensaje y la conexión con el interlocutor se pierdan.
Por tanto, es
necesario ser claro, utilizar ejemplos concretos, tener una buena capacidad de
improvisación, vocalizar correctamente, considerar los tiempos,
y en definitiva expresar correctamente lo que tenemos en mente para conectar
con nuestro interlocutor.
7. Leer y escribir
Leer y escribir son
importantes para comunicarnos. La lectura
posibilita el desarrollo intelectual y, como función cognitiva, permite
acceder a los avances tecnológicos, científicos y de la información. Por tanto,
ayuda a comprender mejor la realidad, y ser lectores habituales nos da las
herramientas necesarias para ser capaces de dialogar críticamente.
Respecto a la
escritura, no siempre tenemos que comunicarnos de forma oral, sino que es
importante tener un buen dominio de la comunicación escrita. En la actualidad,
las nuevas tecnologías
de la información y la comunicación (TIC) han
irrumpido con fuerza en nuestras vidas. Escribir una carta de presentación para
seducir a un reclutador si queremos un puesto de trabajo o enviar un correo
electrónico a una empresa para quejarnos de su servicio requieren de esta
habilidad.
8. Respeto
Las personas están más
abiertas a comunicarse si mostramos respeto hacia ellas y sus ideas.
Acciones simples como usar su nombre o tutearle, tener contacto visual que
indique sinceridad, y reflejar la escucha activa hace que la otra personas se
sienta respetada y tenida en consideración. En una relación de pareja, por
ejemplo, un bonito gesto o señal de afecto pueden detener casi instantáneamente
una situación tensa y negativa y devolver la relación a un buen cauce para la
comunicación positiva y afectiva.
9. Persuasión
La persuasión es
una herramienta de comunicación clave, especialmente en el mundo de los
negocios, porque transforma ideas, creencias, actitudes y comportamientos, e
intenta satisfacer las necesidades de ambas partes. Suele tener mala fama,
porque, de forma equivocada, puede confundirse con la manipulación (hacer algo
en contra de tus intereses). La persuasión es la base de
cualquier negociación exitosa.
10. Credibilidad
Si pensamos en el punto
anterior, es imposible persuadir a una audiencia si no demostramos
credibilidad y autoridad. La credibilidad
genera confianza, y, como ocurre con el respeto, la confianza es una gran
aliada de la comunicación. Las personas están más receptivas cuando hay confianza.
Por eso, es necesario que seas coherente con lo que dices y lo que haces. Por
ejemplo, que haya sintonía entre tu comunicación verbal y no verbal.
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