CONSUMES PASTILLAS PARA DORMIR DESDE HACE AÑOS … ¿TIENE CONSECUENCIAS?

A menudo trabajamos especialmente con mujeres, de edad avanzada, que llevan años consumiendo pastillas para dormir y para la ansiedad. Como si fuese parte del ritual, todas las noches estas mujeres se ponen el pijama, cenan, se toman sus pastillas, un poco de tele, al baño y a dormir. Normalmente cuando hablamos con ellas, la mayoría no se han planteado dejarlas, continúan consumiéndolas sin conocer las consecuencias de hacerlo.

“Muchas personas llevan años tomando medicación para dormir”

En primer lugar debemos saber que los somníferos tienen un efecto adictivo. Esta información la deben dar todos los facultativos cuando prescriben este tipo de medicamentos. El riesgo de adicción es uno de los efectos secundarios más extendido de las pastillas para dormir. Su uso continuado hace que el organismo cree tolerancia a los mismos

Los barbitúricos son conocidos familiarmente como ”pastillas para dormir”. Pertenece a los derivados del ácido barbitúrico y se encuentran en forma de píldoras, supositorios o en ampollas inyectables.

El consumo prolongado de estas sustancias produce síntomas crónicos: disminución de la memoria y del funcionamiento interpersonal, irritabilidad, cambios en el estado de alerta, anemias y hepatitis.

La retirada brusca de la droga puede resultar peligrosa por lo que su abandono debe realizarse de forma gradual. El Síndrome de abstinencia (fase de abandono de una sustancia adictiva) se caracteriza por aumento de la ansiedad, el insomnio, la irritabilidad, las náuseas, el dolor de cabeza, las tensiones musculares, las palpitaciones, la disforia (bajo estado de ánimo) y, en casos muy graves, convulsiones y “estatus epilépticus”. Conlleva un riesgo vital serio y requiere, por tanto, atención médica.

Las benzodiacepinas, ansiolíticos o pastillas para dormir se recetan muy frecuentemente cuando se padece ansiedad. Tienen una buena capacidad para generar tolerancia y son muy adictivas, por lo que su uso debe ser siempre seguido desde cerca por el psiquiatra y cuidando de no superar un tiempo limitado.

Y es que, a pesar de que la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria recomendó en 2013 “no recetar benzodiacepinas para su uso a largo plazo en pacientes con insomnio”, la venta de estos medicamentos no ha dejado de crecer.

“Los tratamientos con este tipo de pastillas pueden ser efectivos en un principio, pero la evidencia de que conserven su eficacia a largo plazo es muy limitada. Además, pueden generar dependencia”