Navidad y adicciones
Son fechas de "alto riesgo", tanto para las personas con adicciones comportamentales:
- adicción a las compras compulsivas
- adicción al juego patológico, también llamado "trastorno de juego")
- adicción a videojuegos
- adicción a internet y nuevas tecnologías
Y también las personas con adicciones a substancias (legales e ilegales), entre las que se incluye, indudablemente, el alcohol.
Si nos ponemos en el lugar de una persona adicta en tratamiento, alguien que está aprendiendo a autoregularse emocional y conductualmente, a mantenerse en unos límites seguros que le garanticen su abstinencia… ¿Es fácil comprender que vienen situaciones de riesgo en las que pueda recaer? Absolutamente.
Creo que el materialismo y el consumismo en el que vivimos, lleva implícito el consumir como una nueva forma de liberación. Llegamos a creer que estamos destinados a consumir, sea comprando para regalar (objetos, viajes etc.), sea consumiendo comida (dándonos atracones sin hambre y sufriendo empachos con excesos de dulces), sea consumiendo juego (comprando lotería de Navidad, sorteos constantes y rifas de paneras, hasta en los colegios) y consumiendo alcohol y otros tóxicos, “porque por un día no pasa nada… que es Noche Buena y se acaba el año”.
A todo este ambiente de consume, se añade que en estas fechas, recuerdos, pérdidas, fallecimientos recientes, experiencias de la infancia, todo lo emocionalmente inconcluso, suele aparecer y generar sentimientos de vacío y melancolía. Unos sentimientos de los que huye la persona adicta y que son los que preceden a la búsqueda anestésica a través de seguir consumiendo.
Pero no hay producto, ni comida, ni bebida, ni substancia capaz de aliviar el malestar emocional. Las personas adictas en tratamiento estos días caminan en las brasas, reman contra corriente.
Autoconciencia, autocontrol y ayuda profesional, las claves para superar estos días de "descontrol"
Estas fechas, nos sitúan bajo un bombardeo constante de mensajes que nos incitan a consumir y que requieren de una autoconciencia y de un "darse cuenta" que nos permitan identificar y prever posibles situaciones de riesgo, el tener un control de estímulos externos facilitados desde una ayuda profesional contribuyen enormemente a superar estos días, en los que los excesos están permitidos.
Pero para las personas con adicciones no lo están. Y por tanto, deben moverse en términos de sobriedad, justamente todo lo contrario a lo que socialmente “tocaría” en estas fiestas. Socialmente nos vemos obligados a tener que divertirnos a través de consumir. Y después de la fiesta llega la soledad, la melancolía y el vacío.
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