¿El tabaquismo es una adicción de verdad?

4 de cada 10 españoles fuman, según los datos de la encuesta Europea de Salud. El gobierno provincial ha constatado en la encuesta de alcohol y drogas en España que hay un 32,3% de la población entre 15 y 64 años: en números tangibles, diez millones de personas. Una cifra similar a la que se dio en 2009, antes de la primera ley antitabaco. 

Los datos relativos al tabaquismo en la última década son fluctuantes: el impacto inicial de la primera ley antitabaco fue importante, sin embargo, si se detecta la caída del consumo en la pandemia, desde 2017 ha aumentado un 36% sobre el consumo. Se vuelve a hablar de "epidemia de tabaquismo", porque aunque el consumo de tabaco es legal y socialmente aceptado, fumar es una adicción patológica en todos los aspectos.

 El término "adicción patológica" significa una condición morbosa compleja que puede generar sufrimiento en el individuo, causando daños físicos y psicológicos. Para ser más claros, el individuo no puede prescindir de una sustancia o de una conducta, arriesgándose a perder el control cuando la sustancia/conducta falla. En el caso del tabaquismo, la sustancia estupefaciente a fallar es la nicotina. En realidad, los cigarrillos, así como otros productos derivados del tabaco, contienen otras sustancias cuya función es mejorar la liberación y absorción de la nicotina (inhibidores de la monoamino oxidasa (IMAO), azúcares, polisacáridos y todos los aromas), pero que por sí mismos son capaces de inducir la adicción. A diferencia de otras sustancias, la nicotina no induce grandes cambios de personalidad ni efectos psicóticos visuales, simplemente el individuo experimenta como una ligera euforia que desaparece a los pocos minutos. 

Pero esto no quiere decir que la dependencia de nicotina sea solo física.

 La dependencia psicológica también está ligada a esto. El vínculo receptor/nicotina induce la producción de hormonas de gratificación, por lo que el cerebro del fumador envía este mensaje: "Me gusta fumar". La nicotina no hace más que activar aquellas áreas del cerebro que están asociadas a la producción de sensaciones de placer y recompensa. Para algunos, hablando de adicción psicológica, implican no solo gestos y rituales, sino también el manejo de emociones como la ira, el miedo o la tristeza. Basta pensar cómo, para muchos fumadores, los períodos de alto estrés o tensión emocional van acompañados de un aumento en el número de cigarrillos. Las emociones siguen existiendo incluso después de haber dejado de fumar de forma natural y con la abolición del cigarrillo.

Por tanto, se trata de hacer una valoración del malestar de estas emociones, de la intensidad y de cómo interfieren en la vida cotidiana para luego encontrar formas alternativas de gestionarlas. Sin embargo, también es necesario evaluar el contexto ambiental, que incluye tanto las relaciones afectivas y familiares como el sistema social y las influencias culturales del fumador. Estos aspectos juegan un papel fundamental en el desarrollo de las conductas adictivas, teniendo en cuenta que la relación entre el individuo y el entorno es bidireccional: el contexto influye en la persona y viceversa. Es por esto por lo que a muchas personas les cuesta dejar de fumar, porque los lazos de adicción que se han creado son resistentes y atañen a varios aspectos.

Sin embargo, dejar de fumar es absolutamente posible, pero es un proceso complejo que requiere apoyo psicoterapéutico y, a veces, farmacológico. Muchas personas creen que pueden dejar de fumar por sí mismas con un poco de buena voluntad, pero solo entre el 1% y el 4% de los fumadores pueden dejar de fumar por su cuenta. La mayoría intenta dejar de fumar, pero no logra la abstinencia porque no pasa de la fase de craving intenso (necesidad irrefrenable de fumar). 

Nuestra Asociación, siempre a la vanguardia en la lucha contra las adicciones, vuelve a tomar la delantera en la lucha contra el tabaquismo organizando un nuevo taller para dejar de fumar, en el que participará un médico experto en la materia. 

Te esperamos el 8 de junio en la sede de la Asociación Volver a la Vida, Calle Cuesta del Castillo, Nº 10, Gerena-Sevilla. 

¿Te apuntas?